"Cuba no existe ya para mí más que en el recuerdo o los sueños, y las pesadillas. La otra Cuba, aun la del futuro, cualquiera que este sea, es un sueño que salió mal". Guillermo Cabrera Infante. Mea Cuba.

29.11.10

Wikileaks y la información: de transparencias y opacidades...


Wikileaks y la información: de transparencias y opacidades… 
 
En uno de sus últimos libros, Contraseñas, donde reflexiona a propósito de su ya clásico Las transparencias del mal, publicado en el emblemático 1989, el filósofo Jean Baudrillard afirma: “Cuando todo tiende a irse al lado  visible, como ocurre en nuestro universo, ¿qué ocurre con las cosas que antes eran secretas? Se convierten en ocultas, clandestinas, maléficas: lo que era meramente secreto, propicio a intercambiarse en secreto, se convierte en el mal y tiene que ser abolido, exterminado. Pero no es posible destruirlas: en cierto modo, el silencio es indestructible”. 


Creo que esta reflexión de Baudrillard, siempre tan obsesionado con lo que él nombraba la “pornografía” de la información y la imagen en el mundo contemporáneo, más por su sobreexposición y saturación excesiva que por su escasez, nos puede quizás dar algunas pistas acerca de las “revelaciones” de información confidencial sobre los servicios diplomáticos y de inteligencia de los EE.UU.,  en relación  con los más disímiles temas, países y personajes actuales.

Ese “cuarto poder” que reflexionó Edmund Burke desde el siglo XVIII, evidenciando la  importancia fundamental de la prensa previo a la Revolución Francesa; pasando por las manipulaciones del magnate de los medios William Randolph Hearst, como parte del dominio indetenible de los Estados Unidos a finales del siglo XIX (expuestas de forma emblemática en la monumental Citizen Kane de Orson Welles);  hasta el Watergate o el affaire Clinton-Lewinsky, han sido claves en la transformación de cómo se gobierna y  qué relaciones se establecen respecto a la opinión pública.  

Así, como uno de sus principales objetivos para realizar esta labor verdaderamente temeraria, Julian Assange, el líder de Wikileaks ha dicho: “¿Cómo es que un equipo de cinco personas ha llegado a mostrarle al público la información más reprimida, a ese nivel, que el resto de la prensa mundial junta? Es vergonzoso”.


No obstante, en este momento Assange ha logrado que los principales medios del mundo publiquen, con un enorme despliegue mediático, parte de esa gran cantidad de información que les ha hecho llegar su semi-clandestino equipo de trabajo. Pero, paradójicamente, con la publicación de este vendaval de informaciones polémicas suministrada por Wikileaks, hoy seguramente procesaremos esto como una efímera chismografía más -qué se dice sobre Putin, Chávez, Sarkozy o Zapatero- lo cual revela una perversa relación entre lo constituye la libertad y el derecho a la información, y lo que se convierte en un espectáculo mediático más, ese que reflexionaron también desde Debord hasta el mismo Baudrillard. Es aquí donde lo que constituye un ejercicio transparencia, de libertad informativa, se trastoca en un instrumento más de marketing...


 En todo caso, aun cuando Assange está bajo el acoso jurídico y psicológico del gobierno y la inteligencia estadounidense por revelar toda esa información confidencial o semi-secreta, al menos ha podido hacerlo y hasta ha recibido múltiples premios por ello. Sería deseable que esa posibilidad de revelar no ya información secreta, sino aquella mínima que se genera en el día a día, pueda ser también privilegio de periodistas y comunes ciudadanos de países como Irán, Rusia, China, Corea del Norte o Cuba, por supuesto, junto a algunos otros de América Latina (para no hablar ya de buena parte de Asia, Medio Oriente y Africa).   

Esto para poner solo unos pocos ejemplos paradigmáticos que seguramente se regocijarán con este enorme filtrado de explosiva información, pero donde sin embargo han  sido encarcelados, o incluso han desaparecido o sido asesinados, múltiples personas con argumentos tan risibles como “traición a la patria”,  pero que a pesar de ello, han decidido -temerariamente- revelar informaciones incómodas para esos gobiernos o grupos de poder, seguramente mucho menos explosivas aunque también menos mediáticas, que éstas que hoy leemos con entusiasmo de Wikileaks. 

Post-data: para confirmar ese carácter más espectacular y retórico que revelador de estos documentos filtrados, y específicamente refiriéndome al caso de Cuba, en varios de los documentos de Wikileaks se ha evidenciado la enorme influencia del aparato de contraintelingencia y espionaje cubano sobre el gobierno de Venezuela, así como los vínculos de ambos gobiernos con las FARC y ETA, algo que -como la mayoría de los documentos revelados hasta ahora- no constituye ninguna novedad...     

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